Flamenco Pop: 14 Flamenco Pop Beat Big Hits 1968-1977

11 March, 2022
VVAA
Adarce Records

Habitantes del siglo 21, como recordatorio y antes de entrar en materia, colocaros. Este disco viene a complementar una serie de intentos de recuperación de selectos surcos raros de nuestro pasado flamenco rumbero y agitanado. Entre ellos, los dos editados en este mismo sello “¡Naino! Spanish Gipsy Soul Funk Disco 1974/1984” (Adarce, 2017) y su secuela “¡Naino, Naino!” (Adarce, 2021), así como algunos recopilatorios precedentes: “Achilifunk, Gipsy Soul 1969-1979” (Lovemonk 2007), “Acid Rumba” (Hundergrum, 2017), “Gipsy Rhumba, the original rhythm of Gipsy Rumba in Spain, 1965-1974” (Soul Jazz, 2014), “Rumbita Buena, Rumba Funk & Flamenco Pop” y “Tani, Disco Rumba & Flamenco Boogie, 1976-1979” (Pharaway, 2018). Los nexos entre todos estos discos son múltiples y su noble intención la misma: despertar la curiosidad por nuestro pasado musical. La anglofília que nos han inoculado los medios desde hace medio siglo ha sepultado toda esta creatividad y a las multinacionales recuperar dignamente su legado se la pela a dos manos. Licencian los temas a cambio de dinero, sus artistas y su pasado no les interesan un comino y que sellos independientes hagan su trabajo de manera respetuosa y documentada encima les sorprende. Vivir en un país cuyo Ministro de Cultura y Deporte no ha superado a Queen ni distingue un balón de rugby nos debería levantar alguna sospecha.

 

Arrancamos. Flamenco Pop. Como cualquier otra etiqueta nace de la intención de definir con palabras una serie de canciones que comparten un mismo estímulo. El término aparece a finales de los 60s con el disco homónimo publicado por Alfonso Santisteban (Madrid, 1943 – Málaga, 2013) & Rafael Ferro “Flamenco Pop” (Sintonía, 1969 / Música para un Guateque Sideral, 2018), una maravilla del easy listening abossanovado que utiliza elementos y melodías flamencas para recrear de forma instrumental ambientes sofisticados. Santiesteban también había producido previamente material para Bambino, Lola Flores, La Polaca o Chacho y era un afamado creador de bandas sonoras. Su flamenco pop es más ambiental que pop, pero la etiqueta “pop” como diminutivo de “popular” da alas a la imaginación. Junto a él, Adolfo Waitzman (Argentina, 1930 – Madrid, 1998) y Augusto Algueró (Barcelona, 1934 – Torremolinos, 2011) formaron la triada de productores que redefinieron y llevaron el invento a las listas de éxitos del momento. Waitzman, casado en 1969 con la estilosa Encarnita Polo consiguió que su mujer alcanzara el Nº1 con el single “Paco, Paco” (RCA, 1969) y posteriormente con el lp “Encarnita Polo Y Olé” (RCA, 1971) fruto de cruzar su afición por el “Sgt. Pepper’s” de The Beatles con coplas populares de Quintero-León-Quiroga, los Holland-Dozier-Holland sevillanos de la época. Ayudó el hecho de que previamente había producido a combos de rock progresivo y beat locales como The End, Canarios o Pop-Tops. Y el tercero, Algueró, casado en 1961 con la explosiva Carmen Sevilla, que ya había intentado moldear el flamenquismo de su mujer en el single “Flamenca Ye-Yé” (Philips, 1965) marcó también época por su infinidad de bandas sonoras, entre ellas la icónica “Tuset Street” (Philips, 1968).

 

Así pues, Santiesteban-Waitzman-Algueró definieron el sonido Flamenco Pop, que también podría haberse llamado Flamenco Ye-Yé o Flamenco Beat, como ocurrió con la Rumba Pop que acabó llamándose Rumba Catalana porque industria e intérpretes se localizaron en esa región. Como decíamos, flamenco pop es una etiqueta con unas fronteras tan invisibles como el tracklist de este disco. Las influencias son múltiples y en el cajón cabe casi todo: de copla a bolero y de british beat a lounge music. Fruto del éxito de la mutación pop del flamenco, a partir de ese momento el mercado discográfico se colapsa de recopilatorios “Flamenco Pop” (Belter, 1970), “Flamenco Pop Nº2” (Belter, 1971), “Flamenco Discoteque” (Olympo, 1974), hasta el infinito y más allá. Y ahora nos toca acordarnos. El concepto ya está definido.

 

En nuestro disco hemos querido mostrar las posibilidades de esa fusión conceptual desde la mayor cantidad de ópticas. Incluso cada una de las canciones podría tener sus reflejos en otras canciones además de una cola de versiones. En el caso de las coplas, su estructura simple permite su adaptación rítmica con facilidad, podríamos habernos centrado en la Copla Pop Rock y nos llegaba para llenar un Lp. Pero sería tremendamente aburrido. Como cualquier recopilatorio, nuestra intención es abrir una puerta, que quieras cruzarla será cosa tuya. Con los datos que se apuntan en estos textos podéis tirar del hilo y descubrir vosotros mismos tesoros de este submundo pasado. En 2007 cuando arrancó la reciente corriente de recuperación de la rumba, los singles de los Amaya o Peret no alcanzaban el euro en mercadillos y prácticamente no cotizaban en Discogs. A día de hoy más de diez pujarian por el single angoleño de Peret y los precios se han multiplicado considerablemente. Pues atentos: el freakismo coleccionista flamenco aún no existe como tal. Aún se pueden encontrar cosas raras a precios de risa y el tesoro no ha sido investigado en profundidad. Los artistas flamencos en horas bajas como los rumberos en su día, aceptaron las mutaciones que proponían sus productores y muchas llegaron a ser editadas la mayoría con poquísima repercusión. El hecho de reivindicar estos temas hoy aquí podría derivar en una nueva fiebre del oro negro, ojo.

 

El elenco. En este disco no falta nada. Una cuadrilla de exuberantes cantantes de copla a modo de folclóricas mod squad: Carmen Sevilla, Encarnita Polo, Rosa Morena, Dolores Abril, Carmen Flores (hermanísima de Lola Flores), Dolores Vargas “La Terremoto” y La Polaca. En los setentas recitar esa alineación ante un homo hispanicus significaba activación instantánea de la líbido. Apuntar esa idea hoy posiblemente es delito de cosificación femenina o algo similar. En el banquillo de los acusados tenemos a Manolo Escobar, Juanito Valderrama, el Principe Gitano, el Noy, Moncho, Richart y los Nevada. Si alguien me recita esos nombres hace unos años hubiera apostado a que se trataba del reparto de un film de Mariano Ozores. Pues bien, ahora viene lo bueno: pon el disco, cierra los ojos, escucha atentamente lo que cuentan -sepas o no quienes son-, intenta imaginar el contexto, (años 70, España franquista, colores pastel, austeridad) y sobretodo atentos a la música, deberíamos poder devolverte el dinero si en ningún momento sueltas un “WTF?”. Después, si no gastas imaginación, puedes recrearte viéndolo en los clips de las películas que se apuntan en el texto que acompaña los tracks. Blow your mind primo.

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Adarce Rercords 2017